Biblioteca de Envigado tiene una aula única de discapacidad en el país

Biblioteca de Envigado tiene una aula única de discapacidad en el país

Biblioteca de Envigado tiene una aula única de discapacidad en el país

La Biblioteca José Félix de Restrepo, en Envigado, tiene un aula única de discapacidad en el país. Esta es su historia.

En el año 2005 un joven con discapacidad visual entró a la oficina de Denis Duván Ospina, coordinador académico de la Biblioteca José Félix de Restrepo, a pedir que le leyeran un libro. A partir de esa visita surgió la necesidad de crear un servicio para estas personas.

Lo primero que hicieron, de acuerdo con el coordinador, fue consultar en el Dane cuántos vecinos en esta condición vivían en Envigado. Pero en las encuestas de esa entidad incluían como discapacidad cualquier afección visual. Entonces la biblioteca se acercó a la Secretaría de Bienestar Social para hacer una caracterización y así llegaron a una cifra de 243 personas.

El siguiente paso fue comunicarse con el Instituto Nacional para Ciegos (Inci) en Bogotá y con otras organizaciones, como la Organización Nacional de Ciegos Españoles (Once) y la Universidad de Antioquia, para recibir asesoría.

Denis Duván asistió a una capacitación en el Inci que marcó la metodología del servicio que aún hoy se presta en la sala de discapacidad de la biblioteca.

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“Llegamos y nos taparon los ojos con vendas, nos dieron clases de orientación y movilidad (cómo mover el bastón) y nos enseñaron cómo leían los invidentes a través del tacto”, recuerda el coordinador y explica que durante una semana se desarrolló esa sensibilización sobre la discapacidad visual y en la siguiente conocieron sobre las nuevas tecnologías.

Una vez regresó a Envigado comenzó la gestión para conseguir recursos y alianzas, porque los software eran costosos, entonces le escribieron a las fundaciones de diferentes empresas y por fortuna tuvieron respuestas positivas. Así equiparon la sala con amplificadores de imagen, audiolibros que permiten hacer marcaciones, dominó de textura, ajedrez, cartas en braille y balones sonoros para el equipo de fútbol.

También se aliaron con el Instituto de Rehabilitación de Antioquia para recibir no solo habitantes de Envigado, sino también vecinos del sur del Aburrá.

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Ospina recuerda que comenzaron a trabajar con unas 30 personas, que inicialmente llegaban a la biblioteca acompañadas, pero después de unos 3 o 4 meses fueron solas. Esto porque las primeras clases estaban —aún hoy lo están— enfocadas en el manejo de espacios, en que aprendan a cruzar calles y a recordar cuántas puertas les faltan para llegar a su casa.

En esa época trabajaron con demos del software Jows porque cada licencia costaba unos $ 8 millones, entonces debían desinstalarlo y volverlo a instalar, hasta que luego el Ministerio Tic les dio las licencias.

Una sala única en el país
Tiempo después se acercó una persona con discapacidad auditiva que abrió la posibilidad para que el coordinador aprendiera lengua de señas y también para que abrieran clases a este público, actividades de promoción de lectura, cine club con audiodescripción, teatro del silencio (con gestos) e incluso las denominadas “sordotecas”, porque existían ya las “ciegotecas”.

Con la entrada en vigencia de la Ley 1618 de 2013, “para garantizar y asegurar el ejercicio efectivo de los derechos de las personas con discapacidad”, promovieron en la biblioteca la eliminación de barreras arquitectónicas para la población en situación de discapacidad y en ese momento el foco del programa empezó a incluir también personas con movilidad reducida.

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De este modo, con recursos de la Sociedad de Mejoras Públicas (fundadora de la biblioteca) y el Municipio, adecuaron las rampas y el ascensor.

Después se acercaron las personas con discapacidad cognitiva y, gracias a la asesoría de la U. de A., la biblioteca diseñó programación para ellos, que incluyó el cuento manual y aprendizaje sobre computadores.

Con el tiempo se sumaron las personas con enfermedad mental deteriorante, que luego permitieron llegar a las drogodependientes. Para ellas crearon terapias de grupo y actividades lúdicas y académicas que después abrieron paso a las alianzas con almacenes y empresas, para generar inclusión con oportunidades laborales.

La José Félix de Restrepo es la única biblioteca del país que trabaja con 6 tipos diferentes de discapacidad y su experiencia ha llegado hasta Michoacán y Ciudad de México, Chile, España y Ecuador, de la mano de Denis Duván, por eso él invita a la comunidad a participar en este espacio abierto, no solo cuando hay actividades, sino en todo momento que esté abierta la biblioteca, porque siempre encontrarán qué hacer.

“Queremos que los envigadeños se vayan concientizando de que todos somos iguales, que para todos hay una oportunidad de acceso a la información y una oportunidad en cualquier empresa”, concluyó.

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Por Jessica Serna Sierra
jessicas@gente.com.co

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