Un estudio para analizar los problemas de ruido de la ciudad

Un estudio para analizar los problemas de ruido de la ciudad

Investigadores de la Universidad de Medellín realizaron un estudio para dimensionar la contaminación por ruido en varios puntos de la ciudad. La comuna de Laureles y algunos barrios de Belén son los puntos más afectados.

Vecinos de la comuna 11 se quejan constantemente por las presentaciones musicales que realizan afuera de sus casas. El Volumen puede extenderse hasta 3 cuadras.

La comuna 11 ha sido uno de los sectores de la ciudad más afectados por esta problemática del exceso de ruido. No solo por parte de las ventas informales, donde algunas personas ofrecen sus productos mediante el perifoneo o bafles grandes que reproducen una y otra vez el mismo mensaje, sino por algunos establecimientos comerciales de entretenimiento nocturnos, a quienes les cuesta  cumplir las normas de convivencia.

Por esta razón es que un grupo de estudiantes, docentes e investigadores de derecho e ingeniería ambiental de la Universidad de Medellín desarrollaron una investigación para identificar los sectores más afectados, diagnosticar otros problemas que conlleva la contaminación por ruido y elaborar un plan de acción contra esta situación que afecta a varios vecinos de la ciudad”.

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Érika Castro, profesora, investigadora y directora de la Clínica Jurídica de interés público de la Universidad de Medellín, explicó que “este trabajo que inició en marzo de 2020 con la creación de la Submesa de Ruido de Medellín refleja una preocupación porque es una problemática invisible, es decir, hay una insatisfacción de los ciudadanos por la problemática del exceso de ruido, pero nadie hace nada por resolverlo”.

Dentro del diagnóstico los investigadores identificaron que la contaminación por ruido no alcanza a ser un tema clave para la agenda de la ciudad y es una de las razones de la falta de control por parte de las autoridades. Además este tipo de situaciones está acompañado generalmente por otro tipo de violencias como amenazas, riñas callejeras y desplazamiento intraurbano.

“Cuando los vecinos no saben qué más hacer para tratar de controlar una problemática por exceso de ruido, prefieren irse de su barrio tradicional, tomar justicia por mano propia o simplemente pueden recibir amenazas tras las quejas interpuestas“, comentó la directora.

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Entre los problemas más complejos es que hay fuentes de ruido como tiendas de ropa, gimnasio, tiendas de barrio, entre otros que en la noche pasan a ofrecer otro servicio al público con música y la venta de licor, situación que molesta a los vecinos de zonas residenciales.

“No hay control efectivo por parte de las autoridades y se evidencia una debilidad institucional por control a emisión de ruido y control sobre el espacio público”, añadió Érika Castro.

Por esta razón es que los investigadores realizan varios talleres participativos para concientizar a los vecinos sobre este tipo de contaminación. 101 casos han sido reseñados por este grupo de investigación, en los que los bares, discotecas, licoreras, ventas informales, perifoneo, parqueo en zona residencial, los remataderos, son las principales fuentes de ruido que generan más molestia entre la gente.

Este video hace parte del ciclo de cursos cortos de la Universidad de Medellín, con el fin de conocer su afectación en el ambiente, la ciudad, la derivación de otros conflictos y las herramientas legales para quejarse de la contaminación auditiva.

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“El Área Metropolitana del Valle de Aburrá como entidad ambiental es la encargada de realizar el mapa de ruido de la ciudad y notamos que son diferentes fuentes de emisión de ruido, pasando a un segundo plano las construcciones, transporte, empresas industriales y quedan en un primer plano los establecimientos comerciales”, explicó la investigadora.

Los sectores de la ciudad que más afectación tienen por estas dinámicas son Castilla, Laureles – Estadio, San Joaquín, Provenza, Manila, Calasanz, Fátima, La Nubia y La Loma de los Bernal.

Del 1 de enero de 2020 al 24 de agosto del 2021 la línea de emergencia 123 recibió 169.450 quejas por perturbación a la tranquilidad por alto volumen. “Ellos no tienen caracterizado los casos por fuente de emisión. Eso oculta la información para caracterizar los conflictos por ruido que hay en la ciudad”, comentó Castro.

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Después de la pandemia cuenta la investigadora que ha aumentado la problemática por la falta de control a muchos establecimientos. “El POT (Plan de Ordenamiento Territorial) infiere que en Medellín tenemos un modelo de ocupación de mezcla de usos y de ahí surgen muchos de los inconvenientes, porque hace falta un control más estricto a las actividades económicas para evitar que desplace a la zona residencial de los barrios”, añadió la investigadora.

Por lo pronto continuarán realizando talleres y campañas, con el fin de promover la sensibilización y pedagogía. Ahora tienen un ciclo de cursos cortos para conocer la perturbación del ruido en la salud, la naturaleza y competencias de las autoridades para tratar las problemáticas por ruido.

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Por: Alexis Carrillo Puerta
alexisc@gente.com.co
Fotos: Manuel Saldarriaga

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