El primer gato con marcapasos en Colombia vive en Envigado
Es la demostración del talento que tenemos en Antioquia, esta vez, con respecto a la medicina veterinaria. Romeo es un gato maine coon, conocida como una de las razas domésticas más grandes del mundo. Y así de grande fue su fortaleza para superar una patología cardíaca, típica de esa raza, y tratada por especialistas de la Universidad CES, que se pusieron la meta de salvarle la vida a este gatico, vecino del municipio de Envigado. ¿Cómo lo lograron?
Fotos: cortesía
Clara Palacio Gómez y su familia se enamoraron de Romeo en el primer instante en que lo vieron. Este felino ya lleva en su casa más de 10 años, edad suficiente para considerarlo como un miembro más de este hogar, ubicado en el barrio Zuñiga, loma de Los Benedictinos.
“Somos amantes a los animales, pero hace tiempo que supimos entender la personalidad encantadora de los gatos. Mi hija María Clara es alérgica a los perros, entonces quisimos ensayar con los gaticos a ver qué tal. Nos ha ido muy bien”, comenta Clara.
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Esta vecina describe cómo “Cristo empieza a padecer” desde que Romeo comenzó a presentar estos problemas en su corazón. “Cierto día me levanté a servirle la comida. Él se paró frente a mí y vi como se fue yendo… le dio un desmayo o lo que llamamos como un síncope. Eso fue muy horrible porque desde ahí comenzó a deteriorarse su salud”.
De inmediato fue remitido a la veterinaria, en donde le diagnosticaron una deficiencia cardiaca. “Le mandaron una droga que le cayó muy mal. Los síncopes se repetían y Romeo estaba totalmente desestabilizado”.
Decidieron llevar el gato a la Universidad CES, en donde se encontraron con opiniones divididas. “Algunos decían que no había nada que hacer y que la única solución era ponerle un marcapasos, pero que acá no se conseguía. Vieron a Romeo tan mal que contemplaron la posibilidad de una eutanasia. Nosotros estábamos destruidos, muy tristes, pero siempre con la fe intacta”, agrega la vecina.
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Jugando feliz con @chester.alonso. pero ahora volvemos que estamos cazando un bicho. ?
Y fue esa fe la que comenzó a enviar algunas luces y posibilidades para darle una segunda oportunidad a Romeo. “Milagrosamente, uno de los médicos tenía guardado el marcapasos de un humano. Por ley, dichos aparatos no pueden donarse a otras personas, pero sí a los animales. Esa fue la salvación. Los especialistas comenzaron a estudiar sobre este proceso que podría salvar a Romeo. Y así fue… vimos que en la sala de cirugía se encontraban unos 12 médicos operando al gatico. Fue impresionante”.
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El marcapasos fue implantado con éxito en enero de este año. Desde ese entonces, Romeo ha tenido una vida normal. “No se volvieron a presentar esos problemas con él. Lo veo feliz y jugando en compañía de su hermanito Chéster Alonso (otro gato de la familia). Desde ese día, Romeo es la demostración de que las cosas se pueden lograr si uno se las propone”.
Consultamos con Karim Piñerua, médico veterinario y anestesiólogo de la Universidad CES, uno de los encargados de este proceso quirúrgico que se le practicó a Romeo. “Fue una cirugía de mucho riesgo, que duró alrededor de 2 horas. Contamos con un equipo multidisciplinario de alto nivel, el mismo que se puso un gran reto para salvarle la vida a Romeo. Había mucha expectativa frente a la reacción del gatico, pero su evolución fue inmediata. Ya son 9 meses en los que el paciente ha ganado peso y tiene mejor calidad de vida”.
Una historia con final feliz. Clara, su esposo Marín Orrego y su hija María Clara no se despegan ni un segundo de Romeo, al que bautizaron así por su habilidad de enamorar a una familia que hizo hasta lo imposible por salvarle la vida. ¿Lo quiere conocer más a fondo? Puede seguirlo en su cuenta de Instagram: @romeoaslan.18.
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Romeo, dado de alta después de la operación y de regreso a casa con su familia.
Por Daniel González Jaramillo
danielgj@gente.com.co