Las ciclovías de Medellín celebran sus 35 años
Este programa fue creado en 1984, con el fin de que los vecinos tuvieran un espacio seguro para montar en bicicleta y realizar actividades físicas.
“Madrugar cada fin de semana a montar bicicleta es un parche”, así describe Eduardo Londoño, vecino de Florida Nueva, la jornada dominical que tiene cada 8 días junto a su esposa. “Venimos hace más de 7 años al estadio, a veces en bicicleta y otras trotando con nuestro perro, Mateo, hacemos un poco de ejercicio: 10 o 12 vueltas a la unidad deportiva y luego no perdonamos mango, salpicón, un milo frío o una riquísima ensalada de frutas”, dijo Londoño.
Estos recorridos que nacieron en 1984 inicialmente tuvieron el nombre de Vías Recreodeportivas Abiertas con los primeros recorridos en Estadio y la avenida Oriental. Además estuvo a cargo de la Secretaría de Educación y en 1993 pasó al Índer Medellín cuando la entidad fue creada.
Daniel Palacios, director del Índer Medellín, aseguró que “estos espacios para la familia, la recreación y la actividad física son un orgullo para los ciudadanos. Todos los martes, jueves, domingos y festivos, las calles y vehículos les ceden un espacio a las personas, que se apropian de esta iniciativa, ya sea en bicicleta o patines o para trotar, caminar o pasear a la mascota, todo es válido”.
El funcionario contó que “durante esta administración hemos ampliado a 51 % el número de kilómetros totales de ciclovías, al inicio contábamos con 40 km y en este momento tenemos 65 km, incluyendo tramos como los barriales, avenida El Poblado, avenida Regional, cerro el Volador, cerro Nutibara y las nocturnas”.
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Yílmar Ortiz, vecino de Belén, asiste a las ciclovías desde el 2001, “comencé a montar bicicleta con un grupo de amigos del trabajo por cuestiones de salud, pues quería bajar de peso. Aunque no vamos cada fin de semana, nos bajamos por toda la 30A hasta la avenida Regional y vamos hasta Sabaneta o Niquía; anteriormente iba mucho al recorrido del Estadio”.
Ortiz explicó que con su cicla todoterreno ha recorrido varias ciclovías, incluyendo el nuevo trayecto de Las Palmas recientemente inaugurado, “mi trayecto favorito es ir de norte a sur, comerme un buñuelo grande con jugo de naranja en Sabaneta y regresar. No pensé que la ciclovía fuera sinónimo de salud, esparcimiento entre amigos y ejercicio. Es recomendable para aquellos vecinos que nunca han venido, independientemente del sector donde vivan”.
El recorrido de Las Palmas presenta un grado de dificultad especial con un ascenso de 16 kilómetros. Para Omar Espinoza, ciclista aficionado, “las buenas presentaciones de los colombianos en las carreras ciclísticas, han hecho que el deporte crezca en popularidad y práctica, muchos ciudadanos aprovechan las ciclovías para participar en carreras de aficionados o recorridos más complejos en otros municipios”.
Para celebrar los 35 años de las ciclovías, niños y adultos recibieron globos azules para hacer sus recorridos por la avenida El Poblado o la vuelta por la Unidad Deportiva Atanasio Girardot.
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Cambios y mejoras
Según Ancizar Hurtado, vecino de Laureles de 52 años, la ciclovía ha cambiado pocas cosas porque en esencia es lo mismo, “ha mejorado en seguridad, antes se hacía el cerramiento de las vías y ya, pero ahora hay más acompañamiento de agentes de tránsito y personal de la Cruz Roja para atender alguna caída o situación de lesión”.
“Anteriormente había solo 2 recorridos y ahora hay muchos más, se hacen trayectos en los barrios e incluso en la noche. Antes los niños llevaban sus motos o carros de plástico, patinetas y monopatines, ahora se ven más personas en bicicleta y trotando, con su respectiva protección. Aumentó el uso de casco, chaleco y luces en las noches, es una forma de ser más responsables, sin embargo, la esencia de compartir un momento de ejercicio con la familia y amigos no se ha perdido”, comentó el vecino.
Mauricio Mesa, coordinador del colectivo Siclas, aseguró que “estos circuitos cerrados de integración y deporte se convirtieron en parte fundamental de la movilidad, es por esto que se crearon vías exclusivas y segregadas para el desplazamiento en bicicleta, un espacio ganado a partir de estas jornadas dominicales”.
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Este vecino del barrio Carlos E. Restrepo comenzó a asistir a la ciclovía cuando era un niño, el recorrido lo hacía por toda la carrera 65 hasta la glorieta de Bulerías. “Desde 1984 iba a circuitos barriales, pero la tradicional es la avenida Regional, la bicicleta la uso más como medio de transporte que como deporte, se convierte en un estilo de vida para quien se acostumbra a ella”.
Aunque es un plan agradable, por mejorar hay muchos aspectos, es por eso que Mesa recomendó “expandir algunos lugares de la ciudad en semana, para motivar el uso de la bicicleta, que cuenten con franjas seguras en el día y que las personas puedan dejar su vehículo a motor en casa. Hay que potenciar los destinos para que tengamos nuevos retos y recorridos y mejorar la teoría sobre el mantenimiento, cuidado, uso y aplicación deportiva de estos espacios con las bici escuelas”.
En el último cuatrienio, el Índer ha invertido 14.617 millones de pesos para la ejecución de las diferentes ciclovías, registrando un promedio mensual de 105.000 usuarios.
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Por Alexis Carrillo Puerta
alexisc@gente.com.co