La tranquilidad y el ron: su secreto para vivir 100 años

La tranquilidad y el ron: su secreto para vivir 100 años

La tranquilidad y el ron: su secreto para vivir 100 años

Este vecino de Envigado está próximo a cumplir los 100 años; celebremos con él y conozcamos su historia de vida.

La tranquilidad y una botella de ron cada 8 días, dice don Álvaro, son su secreto para llegar a los 100 años con la mente lúcida. Y eso sí, físicamente ni se diga. Este vecino se mantiene bien puesto, con camisa de manga larga, mancornas, boina, zapatos de material y pantalón de paño.

Álvaro Naranjo nació el 19 de junio de 1919 en Manzanares, Caldas. A la edad de 6 años tuvo que soportar el dolor de perder a su madre, y a los 12, asumir las consecuencias de escaparse de la casa con los ahorros de su madrastra.

Salió con una muda de ropa. Caminó, toreó perros y esquivó carros. Como pudo llegó a Manizales adonde su abuela y, aunque ella le rogó que se devolviera para donde su papá, él cogió un bus que tenía como destino Armenia.

“La plata no me alcanzaba para nada, entonces vi a un muchacho pegando propaganda en las paredes y le pedí trabajo”, por suerte el hombre se lo llevó para una bodega y le dio comida.

Quince días después, el dueño del lugar, don Vicente Giraldo, le ofreció un puesto en una fábrica de velas. Ahí estuvo por 18 años, hasta que se fue a buscar a su padre a Pensilvania (Caldas) para pedirle la herencia, porque se iba a casar.

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Su papá se alegró al verlo, pero la única condición que le puso para entregársela fue que se quedara por lo menos un año en la finca. Él aceptó, sin embargo, durante ese tiempo se enamoró de otra, de Mariela, la mamá de sus 11 hijos, la que sería el amor de su vida.

Por pensar en el futuro de su familia se mudó a Medellín. Desafortunadamente en la Tacita de Plata murieron 2 de sus hijas (una de 3 años y otra de 4), seguramente, afirma don Álvaro, “por el cambio de leche”.

Apenas se instaló, consiguió trabajo en el Ferrocarril de Antioquia (de ahí se jubiló). Se postuló para comprar una vivienda en El Dorado, “cuando el barrio era un tierrero muy horrible”, y se la ganó. Ese fue el orgullo más grande para él: darle una casa a su esposa.

Fue fundador y líder comunitario del barrio e hizo hasta lo imposible por conseguir los fondos para construir la iglesia y una escuela. “Es que yo a Envigado no lo cambio por nada, acá es muy bueno vivir, por lo sano y por su gente”, asegura.

En el parque principal tiene 2 parches de amigos, con ellos toma tinto y se ríe un rato. Todavía va a visitarlos, pero ya no va solo, porque desde hace 6 meses sus hijas se turnan para cuidarlo, pues, aunque todos los chequeos médicos salen en orden, se marea de repente y se ha caído 10 veces.

Hasta hace poco don Álvaro se tomaba una cerveza en ayunas, esa era su salud, señala, lo mismo que bailar. Sobre todo cuando se trata del Pasillo esperanza, pues donde quiera que lo toquen agarra una pareja.

El 21 de junio es la celebración de su cumpleaños. La eucaristía es a las 6:30 p. m., en la Iglesia San Rafael, de El Dorado, y después le harán una fiesta en la que él espera no sentarse en toda la noche.

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Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co

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Fecha

Junio 13, 2019

Categoría

Envigado, Gente, Vecinos

Tags

100 años, adulto mayor, centenario, el dorado, envigado, longevidad, ron, vejez