Lina Castaño se lleva la Casa Teatro El Poblado en el corazón

Lina Castaño se lleva la Casa Teatro El Poblado en el corazón

Lina Castaño se lleva la Casa Teatro El Poblado en el corazón

Después de 4 años le dice adiós al cargo de la dirección, pero seguirá conectada con este proyecto que ha visto crecer.

Cuando se trabaja en un proyecto artístico y cultural como la Casa Teatro El Poblado uno realmente no es un empleado, “implica una entrega muy grande”. Así lo expresa Lina Castaño, quien fue la directora de este espacio durante los últimos 4 años.

Su vida está definida entre libros, teatro y artes escénicas. Estudió Filosofía, perteneció 11 años al grupo Matacandelas y también trabajó en Tragaluz Editores.

A la Casa Teatro entró en enero de 2012 con la tarea de hacer la programación para el espacio que se abrió oficialmente en abril de 2013. Desde 2015 hasta el pasado 1.° de octubre se desempeñó como directora.

¿Con qué se encontraron al llegar a este lugar, qué necesidades veían?
“La decisión de hacer un espacio de este tipo en El Poblado era justamente por la poca oferta cultural y artística que hay en la comuna 14. En ese sentido Casa Teatro, en estos casi 7 años, ha estado en una labor de conquista del público, de que la gente encuentre otras formas de relacionarse, porque aquí prima el espacio del centro comercial. Las personas viven más encerradas porque hemos padecido épocas de unas violencias muy grandes y esa labor de salir de nuevo, de encontrarse con el otro y tenerle confianza es un trabajo que se va a tomar muchos años, pero es una de las apuestas de Casa Teatro”.

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Después de estos años enfocados en esa tarea, ¿han percibido algún cambio?
“Es un proceso muy lento y requiere mucha paciencia, pero sí hemos visto cambios de la comunidad cercana y de la ciudad respecto a un lugar como este. Sobre todo el parque, pese a que es un espacio público, sí es un reflejo de lo que ha pasado acá.

“Por contar una anécdota, los sábados yo salía con Adriana Sampedro (la primera directora de la casa) a las 3 p. m., nos sentábamos en la mitad del parque y no había absolutamente nadie. Ahora es un espacio habitado que la gente se ha apropiado”.

¿Por qué cree que es importante que la cultura haga las veces de mediadora?
“Porque el ser humano es social, porque el vínculo con los demás crea unos valores que son muy importantes para que una sociedad pueda tener una proyección en unos niveles más altos, es decir, se despierta la solidaridad, la empatía y los vínculos afectivos, también frente a la resolución de problemas y de conflictos”.

¿Cómo ha sido el proceso de saber qué puede interesarle al público?
“Siempre se ha creado una oferta de programación variada porque somos un espacio ante todo de circulación. En ese sentido hemos tenido teatro, danza, títeres, música, conferencias, presentaciones de libros, talleres, música… hemos notado que la música tiene una preeminencia mayor, el teatro ha sido más lento, más difícil.

“Algo que nos hace sentir muy orgullosos es que por las condiciones físicas y técnicas que tiene el teatro, los grupos de la ciudad nos escogen para hacer los lanzamientos de sus trabajos. Como aquí no hay un grupo base, son ellos los que llenan de vida el espacio continuamente”.

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¿Se retira por asuntos personales?
“Sí, de desgaste mutuo (…). Creo que las mujeres que hemos pasado por acá hemos dejado un lugar muy organizado y que en este momento está en un punto en que necesita otra fuerza, otra energía, otra propuesta. A pesar de que esta ya es mi casa, yo la tengo en el corazón y en el alma, siento que necesita otra cosa y, por supuesto, yo en mi vida necesito otra cosa”.

Al principio había ciertas expectativas sobre la cultura en El Poblado, ¿cuál es la percepción ahora?
“Había una especie de guión inicial, creíamos que la gente se iba a acercar más fácil, pero en realidad los hábitos no están creados. Toda la oferta cultural de la ciudad está enfocada en el centro y la gente que le gusta asistir a teatro o a un concierto prefiere desplazarse hasta allá.

“Creo que a la comuna 14 respecto a cultura todavía le falta mucho, está en crecimiento, en construcción. Partiendo del hecho de que aquí es difícil que una persona conozca a su vecino, se hace difícil que sea atractivo un lugar que se propone para el encuentro. Pienso que en El Poblado hay otras perspectivas del arte y la cultura que todavía hay que transformar, hay que mover y hay que volver hasta más contemporáneas, más revolucionarias”.

¿Cree que faltan espacios?
“Los lugares que hay falta habitarlos más, pero eso no quiere decir que no puedan surgir otros y que es necesario que existan más. Incluso porque cada vez que nace un espacio cultural lo que provoca es que los demás crezcan también.

“Digamos que en la ciudad hay una apatía grande, pero eso tiene muchas razones. Hemos tenido que vivir épocas de encierro y por otro lado es una ciudad muy laboriosa —en el buen y en el mal sentido—, que no tiene esta necesidad porque desde niños tampoco han sido formados para eso de que una obra de teatro les puede traer otras formas de estar en la vida”.

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Por Jessica Serna Sierra
jessicas@gente.com.co

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