Esos días de la infancia que pasó grabando sus “propios programas” encima de la colección de casetes de su mamá y sus tíos le sirven hoy a Santiago Arango para asegurar que su destino no podía ser otro que el de un locutor. Y para dejarlo aún más claro, trae al presente las escenas en las que se despertaba escuchando La Voz de Colombia en la casa de su abuela, en las que se acercaba al taxi de su papá para oír las noticias, o en las que pasaba desprevenido por cualquier rincón de la casa mientras su mamá, al son de cualquier emisora, iba de un lado a otro haciendo tareas domésticas; recuerdos que dejan claro que la radio se ha encargado de musicalizar una gran porción de su vida.
Por eso, Santiago no se tiene que esforzar mucho para encontrar la explicación de su gusto por sentarse frente a un micrófono con audífonos puestos, para hablar sobre eso que siempre ha estado de fondo en sus días: la música. Desde mediados de 2010 lo hace desde Radiónica, donde ha podido contar las luchas, las victorias y las derrotas de las personas que están detrás de un nombre artístico o de una banda, esas con las que prefiere trascender su profesión para crear relaciones humanas.
De hecho, esa inquietud también permea Haga la u, el proyecto que empezó a construir —desde que era estudiante de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad de Antioquia— con el propósito de conectar a los músicos con sus seguidores a través de conversatorios, presentaciones en el Paraninfo, festivales (como el Hertz), bazares, entre otros eventos.
“Todo eso arrancó con el programa de radio (lleva el mismo nombre del proyecto). Le presenté una propuesta a la universidad y me otorgaron el espacio. Mucha gente, igual de gomosa que yo, se involucró. En un principio era un magazín, en el que teníamos corresponsales de la Nacho, UPB, Eafit, la Medellín…, pero después nos dieron otro programa a la semana para dedicárselo exclusivamente a los músicos de la ciudad, algo que no existía en ninguna emisora”, afirma, y continúa diciendo que con esa apuesta llegaron más tarde a UN Radio y a Cámara F. M.
Mientras el proyecto crecía, este melómano sin remedio entró a hacer las prácticas a Musinet, el programa de Teleantioquia que le permitió entrar por la puerta grande a la escena musical de la ciudad. Allí empezó a escribir una columna a nombre del espacio televisivo para el periódico El Mundo; una actividad que se le prolongó por 8 años. “Fue muy bonito, porque cuando estaba en el colegio yo recortaba y pegaba en un cuaderno todas las columnas que se escribían sobre música en Medellín”, dice convencido de que esas colecciones hoy son sus reliquias y añade que en el momento en el que empezó a escribir sobre música para diferentes publicaciones también comenzó a coleccionar sus escritos, los mismos que en 2014 recopiló para la publicación de 15 años de canciones contadas, un libro que apoyó el fondo editorial del Politécnico Jaime Isaza Cadavid.
Ahora, los días de Santiago transcurren entre Radiónica, Haga la U (que tiene 16 años), y Arango Comunicaciones (una agencia de relaciones públicas que montó hace algunos meses), por su puesto, con mucha música de fondo.
Por Laura Villamil.
Mayo 27, 2016
Gente, Vecinos