Lina enfoca su lente entre la religión y la locura

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Lina enfoca su lente entre la religión y la locura

Conozca la historia de esta fotógrafa del Velódromo, una vecina que cambió la Investigación Judicial por una cámara.

 

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De la serie CLAUSTRO -Todos estamos llamados; al olvido de sí.

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En una de las esquinas del barrio el Velódromo hay una casa naranjada que siempre llama la atención: “¡Uy, mirá qué tan bacano!”, escucha Lina María desde su habitación. La gente para, se toma fotos y lee duro el texto que tiene cada imagen. Nadie se salva de contemplar las 2 ancianas de dientes de oro que esta vecina retrató.

Mientras estudiaba Investigación Judicial, Lina María Hidalgo Acevedo se enamoró de la fotografía. Una foto del reportero gráfico Henry Agudelo fue la que la obsesionó. Estaba enmarcada en la oficina de un profesor y “cada que la miraba sentía que me hablaba y que me transportaba al momento en el que fue tomada, me llevaba a la Operación Orión”.

Desde entonces no pudo parar de mirar revistas y periódicos. Le gustaba observar las imágenes que surgían del instante o que se llevaban meses de inmersión. Por eso, en 2012, decidió hacer una técnica en Ideartes y salió con mención de honor.

 

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Se llama Cristian, lleva 3 años como monie y estuvo dos años en el seminario.

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Sus pinitos como fotógrafa los dio en la Liga de Natación de Antioquia. Aprovechándose de que su hija era deportista retrataba a sus compañeros. Allá, en la piscina olímpica, conoció a Henry Agudelo. Ella nunca lo había visto, pero él se le presentó: “‘Niña, no coja la cámara así’, me dijo, y ahí mismo me entregó una tarjeta de su instituto, ‘Mire, por si necesita cualquier cosa’”.

Al ver que se trataba de semejante eminencia del fotoperiodismo, se matriculó en su academia para aprender más sobre el arte. “Ahí me tomó de la mano y se convirtió en mi maestro“.

En medio de los cursos Lina María descubrió su gran fascinación. Misión cumplida de la mano de Dios I (sobre monjas de la tercera edad), Misión cumplida de la mano de Dios II (sobre sacerdotes) y Renglones torcidos de Dios (sobre pacientes esquizofrénicos) fueron su ópera prima, que junta adquiere el nombre de Entre la religión y la locura. Lo suyo, en definitiva, es la fotografía documental.

 

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“El Pior”

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“Me encanta transmitir en las imágenes lo que siento, por eso en cada trabajo me sumerjo durante 3 o 4 meses con los personajes, paso algunos días con ellos y vivo su cotidianidad. De hecho, hubo ocasiones en las que salía del monasterio o del convento llorando y sin una sola foto“.

A pesar de que la lente de Lina María está enfocada en esta temática, dice que no es creyente, pero cuando lo sea quiere ser monja y, aunque la devoción no es una de sus virtudes, en su habitación, además de fotografías y negativos, tiene una colección de camándulas, estampitas e imágenes religiosas que ido adquiriendo en el camino.

A esta vecina de 36 años el misterio y el fervor de la religión le generan preguntas que no está dispuesta a dejar de lado, por lo menos hasta que no las resuelva. “Hay tanto silencio que se oye pasar el tiempo, el agua, la armonía de la naturaleza con las oraciones y esa luz que entra tanta inmensidad… Los religiosos están ahí por algo, eso es lo que los hace quedar, y ese algo es lo que todavía no he podido descifrar”.


Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co

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Fecha

Marzo 12, 2019

Categoría

Artistas, Gente, Laureles

Tags

arte, camara, catolicismo, Cultura, foto, fotógrafa, fotografias, henry agudelo, Medellín, operacion orion, religión, velodromo