El amor se encomienda con El Cartero

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El amor se encomienda con El Cartero

Aura Vélez recuerda a la perfección el día en el que llegó a su casa el cartero de la manzana, por fin, con noticias de la oveja negra del hogar: uno de sus hermanos (el que se escapaba cada semana en búsqueda de aventuras). Para ese momento, como narra, llevaba 2 meses esperando ese suceso, junto con el resto de su familia, y sobre todo anhelando que la correspondencia indicara que todo estaba bien, que no había de qué preocuparse.

“Yo todavía estaba chiquita, pero me acuerdo de que fue una tía la que leyó la carta porque mi mamá no era capaz… Escribía un capitán de un barco, para decirle que mi hermano, que para entonces era menor de edad, se había ido de polizón hasta Nueva York. En el trayecto lo habían descubierto y se había hecho amigo de todos, entonces el capitán le prometía a mi mamá que lo iba a llevar a la casa sano y salvo”, explica, mientras reconoce la gracia de la situación por cuenta del paso del tiempo, y agrega que a partir de ese día, ese personaje que rodaba en su bicicleta entregando correspondencia y encomiendas se le hizo esperanzador.

Esa misiva no fue la única que se le quedó clavada en la memoria y que terminó inspirándola para emprender, sino que también lo hicieron las cartas de amor que recibieron con ilusión sus hermanas mayores y las que ella misma escribió más tarde, “porque el último año de noviazgo con mi esposo fue a través de cartas. También hablábamos por teléfono, pero yo siempre preferí leer lo que me escribía, porque me parecía más romántico”, dice y añade que esta última palabra casi que la define, por eso ahora quiere adornar cada esquina de la ciudad con esa esencia.

Y quiere hacerlo con El Cartero, una propuesta que empezó a diseñar después de jubilarse de Bancolombia y que abrió oficialmente para el Día de la Madre. Con esta, pretende que las personas vuelvan a escribir cartas de amor no solo para la pareja, sino para cualquier ser querido. “Es un acto muy bonito, íntimo, de concentrarse y esforzarse para expresar lo que uno quiere. Y eso tristemente lo hemos perdido con la inmediatez de la tecnología, por eso quiero recuperarlo”, afirma y añade que, con si iniciativa, las personas le entregan las cartas y ella se encarga de empacarlas en un formato propio, con sellos y estampillas.

Agrega que otros de sus servicios son transcribir la carta a máquina, mandarla a hacer en caligrafía (en convenio con una experta en este arte) y recibir acompañamiento para escribirla con Cartas a la Carta, un emprendimiento que redacta este tipo de textos por encargo (por supuesto, luego de algunas reuniones para concertar lo que se quiere expresar).

Cuando las cartas están listas, dice Aura, el cliente debe elegir si las envía con chocolates, flores, vino o cualquier otro elemento de preferencia. Después, el paquete se envía de forma personalizada, “por eso nos deben decir a qué hora va a estar el destinatario. Este no es un detalle para dejar en una portería, porque va el cartero con su uniforme y con un diálogo, escrito por el cliente, para el momento de hacer la entrega”, afirma y añade que el cartero va en bicicleta, o en una vespa, si el trayecto es más largo, con toda la tranquilidad del caso.

“Lo importante es que esa serenidad, tan propia de ese personaje que a mi me marcó, llame la atención… Creo que es una forma bonita de inquietar a la gente en la calle”, concluye con ilusión.

Por Laura Villamil.

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Fecha

Julio 1, 2016

Categoría

Emprendedores, Gente

Tags

emprendedora, escritora, laureles, mujer, planeadora de bodas