“Pasé de ser mantenida a aportar en el hogar”

Nora recibió la Medalla al Mérito Femenino de Envigado como empresaria destacada. Conozca cómo creó Biorgón.

Cuando tenía 21 años de edad, Nora Elena Martínez se casó con Carlos Alberto Posada. A los 22 tuvo a Oriana, su primogénita, y desde entonces, esta envigadeña se dedicó al cuidado sus 3 hijas, su esposo y los quehaceres del hogar. Sin embargo, gracias a una investigación que adelantó Carlos, ella cambió de rol.

“Mientras que averiguaba en internet cómo ahuyentar las hormigas del cuido de los perros de mi hija mayor, encontré el testimonio de una señora que aseguraba que lo mejor para alejar estos insectos eran las orgonitas (una estructura sólida y compacta elaborada con resina, cristales y metales)”.

Durante más de 12 meses el hombre buscó información sobre el tema. Los beneficios físicos y mentales que leyó lo asombraron, por eso, lo primero que se le ocurrió, fue a hacerle una orgonita a su esposa, “que siempre se levantaba gritando porque tenía unas pesadillas de terror y si decían que era tan buena para tantas cosas, eso no podía ser la excepción”. Desde la primera noche, como arte de magia, al igual que las hormigas, desaparecieron.

Al ver los efectos tan positivos, Carlos Alberto hizo 90 collares para regalarselos a sus conocidos, sin embargo, a Nora le pareció una exageración y se le ocurrió llevarlos a alguna feria. Lo primero que hizo fue ir la Gobernación de Antioquia para pedir ayuda y allá le recomendaron que se acercara a la Alcaldía de Envigado.

“Pero coincidencialmente una amiga me invitó a un evento en la cancha de El Dorado y aunque no se vendió nada, conocí a alguien de la Secretaría de Desarrollo Económico, que me explicó el proceso”.

Al mes siguiente, los Posada Martínez ya tenían un espacio en el Mercado Campesino y en menos de 3 horas vendieron $ 300.000. A pesar de que Nora solo había hecho el bachillerato y su experiencia laboral era nula, le vio un gran potencial al emprendimiento y se empoderó, “entonces me fui para la Secretaría de Equidad de Género y me empecé a capacitar. Hice un montón de cursos sobre emprendimiento, costos y presupuestos, mercadeo, autonomía, atención al cliente, tejido y joyería. Mejor dicho, qué no estudié”.

Esos conocimientos aportaron al crecimiento de Biorgón, como nombraron el naciente negocio familiar. Esta mujer de 52 años comenzó a hacer y vender los accesorios. La misma gente, dice, le pidió nuevos productos, “escudos para el celular, aretes, pulseras y pirámides, pero las hacíamos de manera muy artesanal, de hecho quedaban muy bruscas porque ni moldes ni pulidora teníamos”. Hasta que el año pasado, con el mayor puntaje del concurso, fue una de las ganadoras de Plantando Ceibas para el Emprendimiento.

Gracias al premio cambiaron los empaques y la presentación, incluyeron plata en las joyas y trajeron herramienta de Estados Unidos. “Pero lo más importante es que descubrí en mí un carisma y un espíritu de servicio que jamás imaginé, pasé de ser mantenida a aportar en el hogar”.

Por Dafna Vásquez
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