Los vikingos del siglo XXI se reúnen en Belén

Los vikingos del siglo XXI se reúnen en Belén

Los vikingos del siglo XXI se reúnen en Belén

Un grupo de jóvenes se encuentra cada sábado en Belén (Medellín) para recrear la vida de estos pueblos nórdicos. ¡Conózcalo!

El 5 de mayo, mientras los vecinos de Belén hacían sus actividades habituales de sábado en la noche, en la sede de la Junta de Acción Comunal de La Palma tenía lugar una cena tradicional vikinga para conmemorar el paso del invierno a la primavera, que se durante los últimos días de marzo.

La celebración llamada Ostara, como es el nombre de la diosa germánica de la primavera, fue motivo para que los miembros de Skald se vistieran con sus trajes medievales, cocinaran un tradicional pollo a la cerveza y tomaran un poco de hidromiel, la bebida típica vikinga.

Esa vez fue un encuentro para festejar, pero habitualmente este grupo de 13 jóvenes se reúne cada sábado, desde las 10:00 a.m., en el segundo piso de la sede para trabajar en su taller, y desde las 3:00 hasta las 6:00 p.m., se van a la cancha de arenilla o al parque de la Nueva Villa de Aburrá donde entrenan el combate medieval.

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Juan José Velásquez, candidato a magíster en Historia de la Universidad Nacional y director de Skald, cuenta que el grupo se conformó hace 5 años con el propósito de representar de la manera más fiel posible la cultura de los vikingos.

Antes de eso eran una de las divisiones dentro de Mil Espadas, otro grupo que también hace recreación histórica, pero a diferencia de Skald entrena con soft combat —con armas de fantasía o espuma— y recrea otras épocas además de la vikinga.

La palabra Skald se usaba en la antigua Escandinavia para referirse a los recitadores que contaban las historias de los héroes, y eso refleja en parte la afición de estos jóvenes, que, como dice Juan José, tratan de hacer un museo viviente a través de la recreación militar y civil de los vikingos en los siglos IX y X. Y es que aunque algunas personas que los ven entrenar se ríen, otros se les acercan para preguntarles por lo que hacen. “Aquí la gente es intolerante con las cosas que ve raras”.

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La recreación militar comprende lo que tiene que ver con armas, escudos y batallas. “Se trata de simular un combate real, si te pegan un lanzazo en el estómago, ya saliste”, cuenta y señala que estas peleas se basan en registros históricos, pues, aunque los vikingos no tenían una cultura de escritura, hay manuales de esgrima desde el siglo XIII que indican cómo se peleaba con armas medievales.

Ellos mismos fabrican hachas, espadas, escudos, lanzas, guantes de cuero y hasta los cascos típicos, que, contrario a lo que muchos creen, no tienen cuernos. Todos con las mismas dimensiones y peso que los que usaron los vikingos. Esto para Juan José Velásquez es una forma de incentivar la sensibilidad histórica: “Uno a veces los estudia muy de lejos y se le olvida que fueron gente de carne y hueso, es diferente cuando uno empieza a experimentar con las mismas condiciones de vida que tenían y coge, por ejemplo, una réplica de las espadas que usaban”.

De hecho, enfatiza el historiador, vikingos es un término general para llamar a los suecos, daneses o noruegos de la época, que eran buenos guerreros y excelentes marineros, de ahí que hayan saqueado gran parte de Europa, pero también eran reconocidos por ser buenos artesanos. Por eso para la recreación civil es necesario que los miembros del grupo aprendan algún oficio y entre sus principios está que se lo enseñen a otros.

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Algunas cosas las han aprendido por internet, con ensayo y error, otras en los viajes a los encuentros de la hermandad internacional Jonsborg, con la que han ido 2 veces a Chile, 3 a Estados Unidos y otras 2 a Europa. El último encuentro fue hace un mes en Alemania, cerca de la frontera con Dinamarca, donde participaron en una batalla de 400 personas. Juan José la describe como la experiencia más épica que han tenido hasta el momento, también porque se hospedaron por 4 días en el museo vikingo de Ribe, donde durmieron en camas con colchones de paja y se arroparon con pieles.

Skald es el único grupo de Colombia que pertenece —por ahora como prospecto— a esta hermandad con 30 años de historia, y uno de sus eventos más importantes ha sido el entrenamiento de una semana con 7 invitados extranjeros, que tuvo lugar en el colegio Conquistadores, de Aguas Frías, en noviembre del año pasado. Tal y como los han recibido a ellos en otros países, les brindaron comida y alojamiento, porque como buenos seguidores de la cultura vikinga ya asumieron la hospitalidad, además del respeto y la valentía, como uno de sus valores.

Por Jessica Serna Sierra
jessicas@gente.com.co

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