¿Por qué Santa Gertrudis es la patrona de Envigado?

¿Por qué Santa Gertrudis es la patrona de Envigado?

¿Por qué Santa Gertrudis es la patrona de Envigado?

Noviembre es el mes de la santa alemana. ¿Quién fue esta mujer, por qué nuestra parroquia lleva su nombre?

Con qué orgullo habla de ella el padre Gilberto Jaramillo: “¡Santa Gertrudis, la Grande, la Magna, la patrona de Envigado. Estamos en noviembre, su mes!” —De hecho, se hizo un novenario en su honor en la parroquia principal del municipio, esa que lleva su nombre—. “Puedo compartirles información de ella, su vida fue interesante. Son datos confiables”.

El sacerdote se refiere a los escritos de Rosa María Piquer, autora de Gertrudis la Grande, seducida por Dios. En ese texto y en el testimonio del historiador de la Dirección de Cultura de la Secretaría de Educación y Cultura de Envigado, Carlos Gaviria, se basa esta nota que hoy Gente comparte con sus lectores, a propósito de la celebración del mes de la santa.

¿Quién fue Gertrudis, por qué está en la iglesia de la ciudad, cómo fue que llegó a ser la patrona de los envigadeños y la testigo de primera mano de su fe?

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Gaviria destaca la belleza de esta mujer, “fue una chica guapa”, es lo que menciona, pero hace énfasis en su mayor encanto, por el que seguramente brillaba el doble o más: su inteligencia. “Fue una de las grandes teólogas de la iglesia, de pensamiento muy profundo y una pluma comparable a la de santa Teresa en español” —y hasta aquí no se ha dado un dato relevante: Gertrudis era alemana—. “De carácter fuerte, pero de corazón bondadoso.

Ayudó a conformar una de las primeras órdenes monacales de la iglesia, su propio convento, y eso era algo difícil de hacer en la época”. —Hablando de esto, nació en 1256 y murió en 1302 o en 1303 (Piquer y los conocedores a los que acudió para su libro no tienen clara la fecha de su muerte, ni otros datos básicos, como el lugar en el que nació)—.

Sin embargo, en el texto barcelonés sí hay una explicación para otro de los nombre con los que se le conoce en el mundo: santa Gertrudis de Helfta. Así se llamaba el monasterio al que fue llevada a sus 5 años por sus papás para que fuera educada.

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(Carlos, el historiador, no se equivoca; de hecho, la inteligencia acompañó a la alemana desde su infancia). Según Rosa María Piquer, “Gertrudis fue una niña despierta, estudiosa, que se libró apasionadamente al estudio y al ejercicio de las artes, sin descuidar su formación espiritual (…). El monasterio en el que vivió fue, pues, una sede importante de cultura científica y literaria de su tiempo. Las monjas leían y estudiaban a los clásicos, la Biblia y las obras de los padres de la Iglesia. Existía un plan de estudio para las monjas y para las niñas de las familias nobles que allí se educaban, y este plan abarcaba las ciencias religiosas y las profanas (…). Así pues, hasta los 25 años de edad priorizó los estudios y se dedicó con delectación a las diversas artes que proponía la formación del monasterio”.

Dios le habló, ella lo veía
Sin embargo, a esa misma edad sufrió una crisis existencial y sintió que se estaba desviando, debía prestar atención a su interior y su vida espiritual, desapegándose del saber profano: “Empieza a oír esta voz interior, sin acabar de desprenderse del amor a la ciencia terrenal. Y en esa situación recibe una gracia especial el 27 de enero de 1281. En la hora del crepúsculo, cuando la luz dorada se va apagando en el horizonte, una visión interior le dice: ‘Vuelve finalmente a mí, y yo te embriagaré en el torrente de mis delicias’. Explicó ella misma que se sintió tan seducida por Dios, que no opuso más resistencia y se dejó llevar hacia él”, añade el documento de la escritora.

Por su parte, Gaviria señala que fue santa por sus visiones y por los milagros atribuidos a ella después de su muerte: “Desde muy joven tuvo esa inclinación religiosa. Llegó a tener visiones místicas muy fuertes. Veía a Cristo y recibía enseñanzas de él; lo vio adolescente, adulto, herido y con llagas, de todas las maneras. Aparte de las visiones también tenía explicaciones del evangelio. Y es que la fe es tan inconmensurable como es el espíritu humano”.

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En cuanto a los milagros que la llevaron a santa, Carlos no conoce alguno, no ha oído mencionar el primero, pero afirma que los “milagros que se les atribuyen a estas almas para ser nombradas así están relacionados con sanaciones. En esa época la ciencia médica no estaba tan desarrollada y aparecían sanaciones muy milagrosas y se le atribuían a ella”. Esto es fácil de entender en el contexto europeo, en su lugar. Pero cómo fue que llegó a ser patrona del nuestro.

El misterio del papelito
Siglos después (más o menos para 1778), en la planeación de la construcción de la parroquia principal de Envigado y buscando cómo bautizarla, se pusieron en un sombrero los nombres de diferentes advocaciones católicas. Las personas a cargo metían la mano y sacaban papeles a suertes, menciona Carlos Gaviria.

En una de esas sacaron el nombre de santa Gertrudis: “Cuenta la leyenda popular que esto pasaba y la gente se preguntaba quién era esa mujer. Como no sabían, lo rompían y lo tiraban a un lado. Volvían a meter la mano y otra vez lo sacaban. Así, varias veces, y eso fue un misterio“, es lo que él conoce de esta historia.

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“Nombrar a las parroquias es importante, porque crea identidad, pertenencia, solidaridad en torno a una causa común. Se creó, entonces, la de Santa Gertrudis La Magna (pequeña y en un rincón), y posteriormente vino el templo que tenemos hoy”. El experto afirma que el ser patrona no necesariamente debe estar ligado al nombre de la parroquia principal; depende de hacia dónde se desarrolle la devoción, no hay una carta cabal que diga que el nombre de la parroquia es la devoción principal del barrio, la ciudad o el país. “En este caso, sí, pero fue porque la gente se identificó. Además, el nombre era muy original para la época (lo de “la Magna” fue por ser candidata a doctora de la iglesia, muy inteligente y estudiada)”. —Y otro dato relevante: es la única parroquia Santa Gertrudis que hay en el país—.

El canal directo
En cambio, el ser patrono o patrona es algo que va más desde las rogativas, y así lo deja claro: “Es el canal que elige la comunidad para comunicarse con Dios. Los católicos creen en las imágenes (los cristianos, según la división de hoy, no lo hacen. Ellos guardan comunicación directa con Dios). Los católicos las veneran, pero no al objeto como tal, sino a lo que representan”.

“Son el recordatorio —continúa— a aquel santo del cual se le quiere pedir intersección ante Dios para encontrar un favor. El canal que eligió Envigado para comunicarse con Dios fue santa Gertrudis. Fue una buena elección, porque ella desde que estaba viva lo veía. Y a las visiones místicas hay que mirarlas con todo respeto, porque han posibilitado grandes cambios en la historia. Por ejemplo: Juana de Arco, le decían loca, pero era mística, y mal que bien todo lo que vio se desarrolló”.

Por Luisa fernanda Angel.
luisaan@gente.com.co

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