En la Policía de Laureles no hay cama para tanta gente

En la Policía de Laureles no hay cama para tanta gente

En la Policía de Laureles no hay cama para tanta gente

Las cárceles del Valle de Aburrá no dan abasto. El hacinamiento ha llegado a topes nunca antes vistos en medio de lo que constituye una crisis penitenciaria de dimensiones nacionales. Tan solo en Antioquia la sobrepoblación carcelaria alcanza el 71,6 %, y la única alternativa inmediata que han podido tomar las autoridades es ubicar las personas detenidas en instalaciones como el Palacio de Justicia de Medellín y las estaciones de Policía del Área Metropolitana.

Próximamente se cumplirán 15 meses desde la declaratoria de emergencia carcelaria en el país, y actualmente en la estación Laureles permanecen 63 personas, en una infraestructura insuficiente e inadecuada para el alojamiento de detenidos por largos períodos de tiempo.

Situación que no ha sido ajena a los vecinos del barrio Lorena, en cuyas inmediaciones se encuentra la estación, que se sienten preocupados por esta problemática que no ve asomos de solución.

Daniela Pérez atiende una papelería en la zona y en varias oportunidades ha sentido que ella o su familia podrían estar corriendo un riesgo: “Ellos (los detenidos) a veces se alborotan. Hace poquito nos pasó y se oía un mundo de gente. Yo me asomé a ver qué era y un policía me dijo ‘cierre’, y era que se estaban como amotinando allá. Entonces ese día sí me dio mucho susto, acordonaron todo esto y de verdad que uno sí está vulnerable a eso”.

De hecho, la alteración más significativa ocurrió el 12 de agosto de 2016, cuando varios de los internos empezaron un motín exigiendo condiciones que, en palabras del comandante de estación de la época, mayor Billy Ferney Lizarazo, no se les podían garantizar porque la estación está concebida como un lugar de paso. En esa oportunidad fue necesaria la presencia del Esmad para evitar mayores disturbios.

Y es que pese a la aparente tranquilidad del sector, la cotidianidad se ve alterada cada que llega un nuevo detenido a la estación. ” A veces llegan unos agresivos, unos que están drogados, entonces son gritando, insultando a todo el que ven, al policía, golpeando, o la familia insultando a los policías”, añadió Daniela.

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De hecho, en sus propias palabras, la inquietud por lo que pueda pasar con los internos es generalizada. “Aquí viene la gente y comenta: ‘¿A vos no te da miedo? Qué pereza que se escapen’. Los domingos, por ejemplo, es mucha la gente que viene de visita. Uno no sabe quién lo está observando. A mí eso sí me preocupa, porque a veces la gente se sienta aquí, se sienta allá y los policías no preguntan”, señaló.

Sin embargo y a pesar de que la situación en el país no mejora, la Policía Nacional parece optimista. El subcomandante de la Policía Metropolitana, coronel Juan Carlos Rodríguez, afirmó sobre el tema que “se han hecho las coordinaciones respectivas con el Inpec, con el fin de trasladar a las personas que en este momento se encuentran en las diferentes estaciones de Policía. Con la Secretaría de Seguridad se han hecho operativos para trasladar a las personas que tienen boleta de encarcelamiento a diferentes centros penitenciarios y avanzamos en el tema de descongestión de las estaciones de Policía en el Área Metropolitana”.

Sin embargo, el dragoneante Luis Pinzón, líder sindical del Inpec, señaló que “desafortunadamente las propuestas que existen para la descongestión de los centros penitenciarios en el país están asumidas a largo plazo y lógicamente van a llevar un tiempo, por lo que también van a permitir el incremento de la crisis” y añadió que “Todo esto se suma a la indiferencia en que ha tenido el Estado colombiano al sistema penitenciario y que hoy toca fondo. Nuestros policías, nuestra Fuerza Pública, que debería estar velando por la seguridad ciudadana, hoy se ve limitada a una función de custodia de los detenidos”.

Por su parte, el personero de Medellín, Guillermo Durán, señaló que esa dependencia del Ministerio Público constató que “la superación en el tope de capacidad en los centros carcelarios y penitenciarios de Medellín, ha conllevado al elevado crecimiento en la tasa de hacinamiento en las salas de captura de las estaciones de Policía” en las que “hay graves problemas de hacinamiento, salud, convivencia y alimentación”.


Análisis
Mg. Jorge Giraldo, decano de Humanidades U. Eafit

Hay varios componentes que influyen en este tema, entre ellos el debido proceso, porque hablamos que en las estaciones de Policía hay detenidos que no han sido imputados ni condenados, a la espera de que se desarrollen los procesos judiciales, que pueden tardar bastante tiempo.

Incluso en el congreso han cursado varias iniciativas que pretenden dar solución, como la flexibilización de las penas. Pero esto lo que hace es un traslado del problema e incrementa aún más la crisis carcelaria que se vive en el país.

Hablamos de que en Colombia existen los centros de reclusión tradicionales y existen también estos otros, como las estaciones de Policía y las celdas en los juzgados, que están acondicionados para ser lugares de paso o en todo caso temporales.

En este momento existen condiciones que hacinamiento y de salubridad que impiden que los detenidos que ya han sido condenados y que se encuentren en las estaciones de Policía, sean trasladados a estos centros penitenciarios tradicionales.

Es por eso que hablamos de un traslado del problema, porque el sistema penitenciario no puede dar solución.


Por Sergio Andrés Correa
sergioco@gente.com.co

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