Gobierno se disculpa con Envigado por relacionarlo con La Oficina

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Gobierno se disculpa con Envigado por relacionarlo con La Oficina

El Ministerio de Defensa se disculpó con Envigado por el mal uso del nombre del municipio y su asociación con estructuras criminales, lo que va en contra de su imagen.


La excusa se dio después de que el concejal envigadeño Jorge Correa presentara un derecho de petición a la entidad, pues en Twitter la Policía usó el término “Oficina de Envigado” para referirse a alias Tom como su máximo cabecilla.


El trino, como se evidencia, no ha sido borrado de la red social. Esta no es la primera vez que una entidad del Gobierno nacional asocia el nombre del municipio con la criminalidad. En marzo del año pasado el secretario de Transparencia de la Presidencia de la República, Camilo Enciso, se refirió a la “Oficina de Envigado” en declaraciones sobre el caso Odebrecht.

En ese momento se enviaron cartas a la Presidencia, al Ministerio de Defensa, la Fiscalía, la Cancillería y la Procuraduría, además se recogieron firmas para ayudar a limpiar el nombre de la ciudad.

En un comunicado que fue compartido a los pocos días, el funcionario de la Presidencia no se retractó, sino que manifestó “a la comunidad de Envigado” (en carta abierta) su “apoyo y solidaridad en los esfuerzos en procura de la probidad y lucha contra la corrupción. (…) Entiendo su loable preocupación por resguardar el buen nombre del municipio y me solidarizo con toda iniciativa que pretenda brindar el mayor bienestar posible a sus habitantes. La Secretaría acoge el empuje de los 227.599 habitantes de Envigado y los invita a continuar con los esfuerzos de ser ejemplo nacional de transparencia”.

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Contactado por Gente en ese momento, el sociólogo, politólogo y profesor de la Universidad de Antioquia, Jaime Rafael Nieto, dijo que el nombre de La Oficina de Envigado tiene que ver, ante todo, con el contexto de la criminalidad y la violencia que se vivió en el Valle de Aburrá, asociado al protagonismo del narcotráfico en cabeza del capo mayor en Colombia: Pablo Escobar Gaviria.

La referencia a La oficina de Envigado —explicó— es territorial, era el punto desde el que prácticamente la cabeza mayor (Escobar) o su cohorte decidían sus planes relacionados con el narcotráfico o con el ejercicio de la criminalidad.

Con el tiempo se va construyendo un estigma sobre la ciudad, pero este está asociado no a la ciudad en sí misma y a lo que representa como conglomerado humano, social, político, económico y cultural, sino uno asociado a que allí radica el centro de operaciones de las mafias del narcotráfico en el Valle de Aburrá; algo que ha pervivido en las décadas. Idealizar el nombre de la ciudad y suponer que es aséptica es negar otros componentes, prácticas y actores que, aunque no gusten al ciudadano común y corriente, son parte constitutiva de la ciudad. Un territorio no es homogéneo; es un espacio que comprende diversas lógicas y actores con apuestas diferentes, y Envigado no es la excepción”.

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El experto reconoció que, en un esfuerzo por vaciar de contenidos ese estigma, se ha intentado hablar de La Oficina en neutro, sin apellido, lo cual considera “una estrategia loable en términos de atenuar el impacto negativo que el grupo asociado con el narcotráfico puede producir sobre la imagen de la ciudad. Pero nos deja, en términos de comunicación e información, sin la referencia precisa de qué oficina se está hablando, así como sucede con La banda del Golfo y no asociarla con el Clan Úsuga para no seguir estigmatizando Urabá. En esa dirección de desestigmatizar los puntos locales es elogiable; ese es el efecto benéfico, pero la mejor manera de avanzar es una estrategia orientada a someter estas bandas hasta su extinción”.

Además reiteró que en las prácticas sociales de comunicación e interacción el hecho de decir La Oficina resulta un discurso abstracto y es necesario georreferenciar. Así se evita el hecho de pensar que un territorio “es puro y que está exento de estas prácticas. Esto no es bueno porque nos autoengañamos para no ver la cruda realidad y no encarar desafíos”.

El profesor Nieto concluyó que la situación es parte de la historia y del presente de la ciudad: “No podría negarse en su historia la presencia de esta ‘oficina’ que es parte de su identidad. El asunto no es estructuralmente de nombre, sino de remover efectivamente la estructura que hoy se hace llamar La Oficina de Envigado y cambiar las condiciones de posibilidad para que nuevas oficinas hoy o mañana puedan resurgir. Esa es la preocupación que debería llamar la atención y el mayor esfuerzo de los gobernantes locales, de lo contrario, estamos maquillando la realidad. Hay que pensar en una estrategia real para desaparecer el aparato criminal, pues quedarse en el asunto del nombre es como pensar que la fiebre está en las sábanas”.

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Por Luisa Fernanda Angel
luisaan@gente.com.co

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