Con personajes en bronce Elvia narra sus historias

Con personajes en bronce Elvia narra sus historias

Con personajes en bronce Elvia narra sus historias

Conozca el trabajo de esta vecina de El Poblado (Medellín), que cumplió el sueño de ser artista después de que sus hijos crecieron.

En medio de la sala de Elvia Vélez están Tom Sawyer y sus amigos navegando por el río Misisipi. O por lo menos así se los imaginó la artista antes de hacerlos en bronce y ponerlos al lado de Alicia, el Sombrerero, Sancho Panza, don Quijote de la Mancha, Pinocho, el Principito, Peter Pan, el mago Merlín y María, de Jorge Isaacs.

Cuando en la escuela primaria hacían dictados, Elvia, en vez de escribir las frases, las pintaba, “por eso leía más rápido que las demás”, dice entre risas, mientras confiesa que en los tiempos libres ponía hojas grandes de papel periódico en el piso y apunta de lápiz, dibujaba de cuerpo entero a sus compañeras, “sentía esa necesidad todo el tiempo”.

Desde siempre la apasionó la figura humana, sin embargo, aprovechaba las salidas fuera de la ciudad para inspirarse con las montañas, los animales y los atardeceres. Incluso se iba para la orilla del río a hacer muñecos en barro.

Su madre, también pintora y escritora autodidacta, siempre la apoyó. De ella heredó el talento, aunque le quedaba casi imposible cumplirle el sueño de estudiar en Bellas Artes, ya que tenía que ocuparse de su esposo y 9 hijos.

“Pero le insistí tanto, que un día me llevó. Caminamos desde mi casa en Buenos Aires hasta el Centro. Tocamos y nadie nos abrió… Después nos dimos cuenta de que nos equivocamos de entrada y esa oportunidad tan gloriosa no se volvió a repetir”.

Elvia se casó a los 18 años. Con el matrimonio llegaron los hijos y las limitaciones. “Debía cumplir con los quehaceres del hogar y no había tiempo para nada”. Aunque su esposo era publicista, muy rara vez (a pesar de que ella se moría de las ganas) le permitía pintar vallas.

Igualmente, a mano, hacía tarjetas de invitación y, cuando sus hijos ya crecieron, pudo estudiar distintas técnicas artísticas con maestros como León Posada y Miguel Ángel Betancur. Su primera exhibición fue de acuarela y pastel.

En 1994, en el Museo El Castillo, participó en una muestra colectiva de Alumnos de los Talleres de Arte de la Ciudad y su obra recibió 2 menciones de honor. En ese entonces ya hacía escultura. Después llegaron las exposiciones y las ventas.

Se obsesionó por el arte y ahora es a lo único que se dedica. Pasa días enteros metida en su taller puliendo detalles y creando. “De hecho, hace días le corté la cabeza a un caballo, porque no me gustó como había quedado, le quería la cresta bien alborotada”, asegura, mientras confiesa que a veces no es capaz de dormir, porque se le mete una obra entre ceja y ceja, y hasta que no la hace, no queda tranquila.

Doña Elvia siempre procura que sus esculturas relaten una historia, por eso le gustan los personajes de la literatura. Sin embargo, ama la figura femenina, pues en una fundición a la cera perdida o en un trozo de madera narra el desplazamiento, el abandono, la tristeza y los abusos a los que en ocasiones las mujeres son sometidas.

Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co

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Fecha

Junio 6, 2019

Categoría

Artistas, El Poblado, Gente

Tags

artes plasticas, artista, bronce, el poblado, escultora, escutura, figuras, Medellín, mujer, obras, vecina