The Columbus School estrena biblioteca

The Columbus School estrena biblioteca

The Columbus School estrena biblioteca

Este espacio tiene tabletas, computadores y cerca de 15.000 libros para que los estudiantes se conecten, creen e inspiren.

Desde que inició middle school, Ilana Garza Patiño no sale de la biblioteca. Son más de 85 libros en inglés los que ha prestado, un récord que le dio el honor de cortar la cinta de inauguración del nuevo lugar en el colegio que conecta a los amigos y el aprendizaje. Una biblioteca, en la que la norma de hacer silencio está mandada a recoger.

El 1 de noviembre esta estudiante del grado noveno del Columbus School fue la primera en entrar a ese salón lleno de libros, computadores, ventanales, tabletas, cubículos, mesas de trabajo, audífonos, puffs, pantallas y blogs. Su primera impresión: comodidad, calidez e innovación. Sin embargo, lo que más la sorprendió, fue el montón de títulos nuevos que estaban en las estanterías, “se nota que compraron muchos, yo tengo muy buen ojo para reconocerlos y estoy feliz, no veo la hora de mirar mi lista de pendientes para llevarme los que tengan”.

Pero Ilana no es la única emocionada, este espacio, que invita al trabajo en equipo y al desarrollo de la creatividad, es un sueño que comenzó hace 14 años, cuando Connie González llegó a la institución para coordinar este centro del conocimiento. “No me parecía un sitio adecuado para 800 niños. Hicimos varias propuestas, hasta que en 2015 se dio el aval para pensar en un cambio”.

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Connie investigó sobre las tendencias de las bibliotecas escolares en el mundo y encontró que en el siglo XXI era fundamental la educación sin barreras, “donde las arquitecturas pasan a un segundo plano, para darle prioridad a lo que se construye dentro”.

De acuerdo con las dinámicas de los estudiantes, las expectativas de los padres de familia, los programas curriculares del colegio, las metodologías de aprendizaje y la visita a distintas bibliotecas universitarias locales y extranjeras un comité encargado hizo el proyecto que hoy es una realidad.

Lo único que necesitan los alumnos para estar allí, según Connie, es llegar con una idea, hacer su propia investigación, compartirla con otros estudiantes en los espacios colaborativos y materializarla en el IdeaLab, “donde todos desarrollan sus habilidades y creatividad, para luego ser inspiración, al fin y al cabo son ellos quienes le dan vida a este lugar. Nuestra intención es que vengan para que cuando salgan del colegio estén preparados para la universidad y el mundo”.

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Por Dafna Vásquez
dafnav@gente.com.co

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