El carnaval de Río se vivió en Laureles

El Carnaval de Río se vivió en Laureles

El carnaval de Río se vivió en Laureles

Entre canto, baile y comidas típicas, un grupo de vecinos se dejó contagiar de la alegría, el ritmo y el color del carnaval de Brasil.

El calor de la tarde era sofocante, como queriendo evocar el ambiente de Manaos, Río o Fortaleza, a tal punto que el cremoso helado de açaí que una mujer servía sobre una barra, amenazaba con derretirse. A cada respiro, el olor del acarajé (torta de maíz con cebolla) fritándose irrumpía en los pulmones y removía tanto el estómago como la curiosidad. Bastaba levantar la vista a los hilos de colores que colgaban del techo, entremezclándose caprichosamente, para sentirse en ambiente de celebración, mientras los pies empezaban a seguir, como automáticamente y por instinto, el ritmo de la percusión que empezaba a escucharse.

Pero no era Brasil, aunque todo así lo sugería. Era Medellín y para ser más precisos, la Casa Cultural Andina ubicada en el barrio Florida Nueva, que el pasado sábado 10 de febrero se convirtió en el punto de encuentro para que todos los amantes de la cultura de nuestro vecino país se reunieran a celebrar la alegría del carnaval.

Vestida con una brillante falda azul y con su rostro maquillado con formas de flores estaba, de aquí para allá, Mariana Lima, una brasileña que visitó nuestra ciudad por primera vez hace 10 años, pero hace 2 que decidió regresar para quedarse. Siendo licenciada en Literatura y Enseñanza del Portugués, se le ocurrió, junto con un amigo, crear la Casa como un lugar para promover la diversidad y el encuentro entre culturas.

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“El carnaval se celebra en muchas partes del mundo. En Medellín y en general en Colombia, la gente es muy apasionada por Brasil, ya conoce mucho de su cultura y ha visto el carnaval por la televisión. Esta es la segunda vez que lo celebramos aquí y la gente se anima mucho. Quienes ya han visitado Brasil quieren vivirlo otra vez y quienes no han ido todavía, quieren tener la oportunidad de saber cómo es”, comentó la oriunda de Fortaleza, una ciudad del nordeste del país donde “también se celebra el carnaval. La gente cree que esto solo ocurre en Río de Janeiro, pero en realidad el carnaval es una manifestación cultural que aparece en todo el país y en cada parte tiene sus especificidades. En mi ciudad hay una mezcla de lo que eran los bailes de los esclavos y eso quisimos mostrar hoy”.

Ataviados con antifaces, sombreros y estolas, los cerca de 50 asistentes empezaron a mover sus manos al son de la percusión y a salir del lugar conformar un bloquinho (grupo de personas que recorre las calles cantando y bailando), mientras en un extremo Carolina Giraldo vendía brigadeiros, dulces típicos a base de chocolate y leche condensada.

Ella, antioqueña que vivió en Brasil durante 8 años, siente que el sabor del brigadeiro es una inspiración: “Es la alegría de reunirse para cocinar, es un dulce que se prepara en las casas el fin de semana. Junto con mi esposo, que es brasileño, regresamos al país hace 2 años, tenemos hijos pequeños y empezamos a hacer el dulce por nostalgia. Ahora también lo promocionamos y lo vendemos”.

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Ese mismo recuerdo de tierras lejanas motivó a Alberto Tobón, quien trabajó durante 3 años en la amazonía brasileña, a sumarse a la celebración. “Ya Medellín se está volviendo cosmopolita y eso ayuda mucho a abrir la mente de las personas a que esta ciudad no es lo único por vivir”, señaló.

Después de recorrer el barrio, animando a los vecinos a deshinibirse y bailar, el bloquinho regresó a la Casa, donde la demostración de capoeira puso el toque deportivo a la jornada y los birimbaos sonaron en promesa de volver el año que viene.

Por Sergio Andrés Correa
sergioco@gente.com.co

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